La innovación se ha transformado en el leitmotiv de nuestro tiempo. Como solemos mencionar “si no innovás, te innovan” es un status de mercado que se fortalece y donde los emprendedores, que son quienes innovan, juegan un rol cada vez más fuerte cambiando modelos de negocios y generando productos, servicios o soluciones que transforman industrias por completo.
Pero… ¿En qué situación se encuentra la Innovación a nivel mundial? ¿En qué estado se encuentra Argentina?
SITUACIÓN ACTUAL EN EL MUNDO
No todos los países son exitosos a la hora de innovar. La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) lo analiza cada año, donde evalúa la situación de 130 economías teniendo en cuenta una docena de parámetros, desde el gasto en educación hasta los niveles de inversión en desarrollo.
Las principales conclusiones apuntan lo siguiente:
- India está pasando a ser un nuevo polo de innovación en Asia.
- Existen buenos resultados en materia de innovación para el desarrollo en África Subsahariana.
- Existen oportunidades de mejorar la capacidad de innovación en América Latina y el Caribe.
Por séptimo año consecutivo, Suiza vuelve a encabezar la clasificación mundial. Le siguen Suecia, Países Bajos, Estados Unidos, Reino Unido, Dinamarca, Singapur y Finlandia. Y eso refleja, según la OMPI, una “brecha en materia de innovación”. Existe un desfase en la capacidad innovadora entre países desarrollados y países en desarrollo. Se observa que es trivial el índice de progresión en actividades de investigación y desarrollo (I+D), tanto a nivel estatal como de las empresas.
Según Francis Gurry, director general de la OMPI, la innovación “es el motor del crecimiento” en la economía mundial, cada vez más dependiente de los conocimientos, por este motivo son necesarias más inversiones en este campo con el objetivo de promover la creatividad humana y el rendimiento económico. La innovación puede contribuir a transformar el actual auge de la economía en crecimiento a más largo plazo.
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
En los últimos años, las clasificaciones del Índice Mundial de Innovación en la región no han mejorado significativamente con respecto a otras regiones, y actualmente ningún país de América Latina y el Caribe presenta mejores resultados en innovación con respecto a sus niveles de desarrollo.
Hay países de América Latina que han mejorado pero no logran obtener un puesto destacado entre los 25 primeros del mundo… ni entre los 45. El puesto más alto de la clasificación mundial lo ocupa Chile (en el n° 46), seguido de Costa Rica (n° 53) y México (n° 58). Argentina se encuentra en el puesto n° 76.
Como sugiere Francis Gurry no todo son malas noticias. Los puntajes para las economías de países de América Latina y el Caribe se incrementaron un promedio de un 2% con respecto al año pasado. Países como Chile, México, Brasil y Argentina presentan resultados particularmente importantes en lo que respecta a instituciones, infraestructura y desarrollo empresarial. Asimismo buenos resultados en cuestiones relativas a capital humano e investigación ‑como pueden ser la calidad de las universidades, el número de estudiantes que siguen estudios superiores y la existencia de empresas internacionales de I+D‑ y también a las tecnologías de la información y las comunicaciones, gracias a la calidad de los servicios estatales por Internet, que atraen a un gran número de usuarios.
SIENDO ENTONCES FUNDAMENTAL PARA EL DESARROLLO DE LA ECONOMÍA, ¿QUIÉN INVIERTE Y CUÁNTO SE DESTINA EN I+D?
De acuerdo con el último informe de la Unesco, Israel y Corea del Sur son los dos países que más invierten en Investigación y Desarrollo (I+D) en función de su PBI. El índice en ambos casos es de 4,3%. El tercer puesto es para Japón (3,4%), seguido por Finlandia (3,2%) y Austria (3,1%).
En este ranking, América Latina figura entre las regiones donde menos fondos se destinan a este sector. Brasil invierte un 1,2% de su PIB; seguido por Argentina con 0,6%; luego México con 0,5% y Chile con 0,4%.
¿QUÉ SUCEDE EN ARGENTINA?
En Argentina hay 180 mil pymes, y unas 420 mil micropymes expuestas a estos cambios de distinta manera. Representan 52% del PBI y el 10% de Exportaciones y representan 70% del Empleo.
La encuesta sobre Investigación y Desarrollo en el sector privado que se efectúa en el ámbito del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, indica que de las más de 600.000 empresas registradas en Argentina, menos del 0,1% (unas 570) realizan actividades de I+D.
Según Endeavor, para incrementar un 1% el PBI del país se requiere 160.000 nuevas empresas, 4.000 pymes o que 100 pymes escalen convirtiéndose en grandes empresas.
La conclusión es que, teniendo en cuenta el porcentaje del PBI, Argentina invierte entre 5 y 7 veces menos que los países más desarrollados. Y si se considera el valor absoluto, el país destina entre 10 y 14 veces menos fondos a este sector que las naciones más destacadas, esto significa cerca de 3.300 millones de dólares por año.
¿Qué se necesita entonces, para cambiar el paradigma? Fernando Stefani, vicedirector del Centro de Investigaciones en Bionanociencias del Conicet destaca que para impulsar la economía en base a ciencia y tecnología hay que hacer una inversión de mayor magnitud, sostenida en el tiempo, y más ligada a la producción. En el país hay condiciones y recursos.
En las principales economías mundiales el sector privado juega un rol vital (aunque no excluyente) en la financiación de la investigación y desarrollo. El punto es cómo lograr captar estos fondos, dado que ocurren cuando las condiciones de retorno están garantizadas o los riesgos se minimizan.
La economista Mariana Mazzucato explica y ejemplifica al Estado Emprendedor: Es aquel que no solo financia el riesgo de muy largo plazo sino también aquel que juega un rol activo creando productos y servicios tecnológicos pero también mercados (por ejemplo a través de la compra pública) o transfiere (apropiándose de parte de los beneficios) al sector privado desde los centros de investigación, agencias e institutos con la universidades el conocimiento para que los utilice en nuevos productos o servicios. En su atractivo libro “The Entrepreneurial State” (2013), da sobrados ejemplos de las políticas implementadas por los estados desarrollados que habilitaron la existencia de productos innovadores como los teléfonos móviles.
Siguiendo esta lógica, las reformas económicas necesarias en Argentina deberían reservarle a la I+D+i un rol protagónico que se activará cuando se encaucen variables macro que permitan potenciar los vínculos público-privado y darle a este último los elementos para crecer.
FINALIZANDO
Como dijimos al comienzo, Si no innovás, te innovan es la síntesis de la amenaza y la oportunidad que enfrentan los países y sus empresas para supervivir y crecer en el escenario actual.
El principal desafío que enfrentamos ante esta síntesis es “en qué y cómo crecer”. La respuesta para cierto tipo de países, especialmente los de ingresos medios, es cada vez más compleja porque requiere de respuestas sofisticadas en cuanto a recursos, estrategias y trayectorias tecnológicas.
En una sociedad cambiante y en continua evolución como la actual, quedarse parado significa ir para atrás: si las cosas están cambiando y continuamos haciendo lo mismo lo más probable es que reduzcamos nuestra participación de mercado y crecimiento.
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