¿QUIÉN GANA EL AJEDREZ?
Los líderes emprendedores de la actualidad enfrentan un dilema que muy pocos pueden resolver. Se presenta como un dilema en la vida cotidiana, pero en verdad no lo es, es un problema, o más bien una oportunidad que encarna un desafío, algo que se puede resolver, en tanto se le asigne a cada parte del “dilema” la utilidad que tiene. Hacemos referencia a la disyuntiva entre hacer y pensar o reflexionar, al que llamamos el dilema del ajedrez y lo veremos más adelante…
Los líderes que llevan adelante emprendimientos de diferentes tamaños asignan casi el 100% de su tiempo a hacer, a gestionar y estar en lo operativo del negocio, “donde se cuecen las habas”. Su mirada 100% operativa encarna una forma de pensarse, de liderarse uno mismo, es donde se sienten más dueños, más propios de las cosas, desde donde pueden vivir y experimentar su hacer cercanamente.
Rara vez un líder organizacional demanda horas de trabajo dedicadas a pensar estratégicamente, planificar, analizar, desarrollar tácticas. En general, se siente como una pérdida de tiempo, como un ejercicio de baja utilidad, que alarga, no acorta los caminos. En muchas ocasiones nos preguntamos por qué es así, que tiene de inútil, algunas hipótesis que sostenemos son:
- El día a día es tan agobiante que el valor marginal que le asigno a parar y pensar para luego hacer es demasiado alto en relación a los resultados que espero de ello.
- El riesgo percibido de compartir ideas propias es muy alto.
- La existencia de metodologías en las organizaciones para desarrollar una línea de pensamiento estratégico es baja o nula.
- La convicción que transformar el pensamiento y planificación estratégica en hechos concretos es muy difícil.
En verdad, el pensamiento estratégico y la táctica se desarrollan de todos modos, pero sucede en la cabeza de uno, a lo sumo dos de los líderes empresariales, y generalmente con un horizonte corto y con una baja comprensión de los efectos dinámicos y las contingencias de las acciones, con poca comunicación a sus seguidores, cuestiones que luego se resolverán con más acción.
Lograr un equilibrio positivo entre hacer y reflexionar es un activo que desarrollan muchos de quienes logran el éxito, aunque no es una condición necesaria ni suficiente para que ello ocurra. Sin embargo, puede acortar caminos, evitar errores, disminuir riesgos, permitir un crecimiento más rápido y efectivo, motivar a la gente.
Les sugerimos algunas opciones para dedicarle un tiempo más en reflexionar sobre el devenir de tu empresa o emprendimiento:
- Hacer reuniones con pocos miembros de su equipo.
- Hacerse de un método.
- Anotar las decisiones tomadas.
- Valorar la opinión de terceros.
- Hacer reuniones de evaluación.
- Buscar ayuda.
Y sobretodo, no morir en el intento!!
En el fondo, pensar estratégicamente también es hacer, en otro modo.
Para vos, ¿Quién gana el ajedrez, el que mueve las piezas o el que primero piensa qué movimiento hacer?