En una encuesta que realice a empresas sobre internacionalización hubo 3 respuestas que me sorprendieron. La primera, el 71% de las empresas entendieron el proceso de internacionalización como un sistema de relaciones que va creciendo. La segunda, que si accedieran a un programa tendría que ser personalizado y con acceso al financiamiento, y la tercera y más importante, que sea con pares y que pueda interactuar con ellos.
Cuando se trata de dar el salto hacia nuevos mercados, la digitalización ofrece ventajas inobjetables. Desde la prospección virtual hasta los encuentros virtuales, el mundo se ha acercado gracias a la tecnología.
Sin embargo, hay algo que la pantalla no puede reemplazar: el calor de lo humano, la creación de vínculos reales y el aprendizaje que surge del estar presente. Literalmente.
Más que un viaje: una estrategia de aterrizaje
El landing presencial en comunidad es un enfoque que combina inmersión, red de contención, y exposición real al mercado objetivo. Ir acompañado por pares —con quienes se comparte una mentalidad, un idioma de negocios y una etapa de crecimiento— genera una experiencia exponencialmente más rica que hacerlo solo o a distancia.
Los participantes pueden no solo conocer a potenciales partners y clientes, también pueden ver cómo otros colegas resuelven barreras culturales, adaptaban su pitch, modificaban su modelo de negocios en tiempo real. Son a la vez espejo y catalizador, unos de otros. Como resultado, el aprendizaje no es lineal, sino colectivo y social.
Los 5 diferenciales del aterrizaje en comunidad
Se acelera el proceso de generación de confianza: La presencia física permite construir relaciones de confianza más rápidamente. En mercados donde el «face-to-face» sigue siendo clave para cerrar acuerdos, una mirada, un gesto o una conversación informal en un café puede tener más impacto que mil correos.
Se puede obtener feedback cruzado en tiempo real: Participar con otros emprendedores permite testear ideas y recibir observaciones valiosas. En lugar de esperar la “reunión de validación”, la comunidad misma se convierte en laboratorio de prueba.
El aprendizaje se comparte y disemina: Lo que uno aprende, lo aprenden todos. Las conversaciones post-evento, los trayectos compartidos, las anécdotas inesperadas son parte esencial del contenido invisible que da forma a la experiencia.
La contención no solo es estratégica, también emocional: Salir del país para hacer negocios es tan estimulante como desafiante. Tener una red de apoyo durante el proceso ayuda a sobrellevar la presión, los imprevistos y a capitalizar emocionalmente cada momento.
Se construye capital social real: El valor de un viaje no solo está en los contactos generados en destino, sino en la red que se teje con quienes te acompañan. En algunos casos, de un viaje compartido surgen alianzas de negocios entre los propios participantes.
Presencial y digital, no son competencia
No se trata de disvalorar la virtualidad. Por el contrario, muchas veces validamos oportunidades a través de herramientas digitales. Pero la experiencia presencial funciona como catalizador. Cierra ciclos abiertos, abre otros nuevos y, sobre todo, reduce la fricción del “aterrizaje” al estar acompañado.
Como señala mi investigación sobre empresas born global (nacidas globales), el éxito internacional no depende solo de la estrategia comercial o el producto, sino del capital relacional, la capacidad de adaptación cultural y el momentum. Y ese momentum, cuando se comparte, se multiplica.
Conclusión: el salto es colectivo
La internacionalización no tiene por qué ser un camino en solitario. Cada vez más empresas están descubriendo que hacerlo en comunidad no solo es más enriquecedor, sino también más efectivo. El landing presencial es mucho más que un viaje de negocios: es una inversión en capital humano, estratégico y emocional.
En un mundo donde la eficiencia digital domina la narrativa, apostar por la experiencia humana puede parecer contraintuitivo. Pero ahí, justamente, está su valor.
Porque los mercados se conquistan con estrategia, sí. Pero también, con confianza, con vínculos y con presencia.
Si querés conocer una experiencia con pares de internacionalización, te invitamos a visitar PUENTE CONEXIÓN ESPAÑA