Venían de años buenos, sí. Habían crecido, se habían expandido, habían contratado gente.
Pero un día todo eso dejó de alcanzar.
El mercado local se les achicó. La caja empezó a temblar.
El equipo no encontraba respuestas. Y la empresa se empezó a apagar.
ECCOSUR convocó a Navanala en un momento delicado.
De hecho, nos llamaron en un momento de verdad. Y además, ¡nos tomó la Pandemia en medio del proceso!. Fueron momentos intensos y desafiantes.
La alta dirección, enfrentada a esta situación, reconoció algo esencial: seguir haciendo más de lo mismo no iba a sacarlos adelante.
El primer paso fue meterse en el barro
Lo primero que hicimos no fue hacer un PowerPoint con la “visión 2030”.
Fue mirar los números. Los procesos. Las personas.
Y aceptar que la estructura no funcionaba más.
Desarmamos. Redefinimos. Reordenamos.
El foco estuvo en tres cosas:
- Volver a tener control del negocio.
- Volver a tener liderazgo interno.
- Volver a tener un plan con sentido.
Sí, hubo decisiones difíciles.
Sí, hubo conversaciones incómodas.
Sí, hubo que frenar cosas que “siempre se habían hecho así”.
Recién entonces… salimos a mirar afuera
La internacionalización no se hace con una banderita.
Se hace cuando tu negocio está lo bastante ordenado como para salir a jugar a otra liga.
Con la casa más en orden, miramos hacia América Latina, donde la empresa ya era conocida.
No fuimos con promesas, sino con un enfoque realista. Fuimos con una estrategia.
Con procesos de calidad en reactivación.
Con equipos que sabían qué buscaban.
Con un modelo que se podía explicar sin dar vueltas.
Los resultados no llegaron mágicamente. Pero llegaron.
- El margen operativo volvió.
- La plata dejó de escaparse por los agujeros invisibles.
- La gente volvió a creer en lo que hacía.
- Y los clientes, tanto acá como afuera, lo empezaron a notar.
ECCOSUR siguió su proceso. Hacia el final de nuestra intervención los ayudamos a contratar un nuevo CEO que siga la marcha, que las cosas no queden a la deriva. Así es.
¿Un caso que refleja algo más grande?
ECCOSUR no es un caso aislado.
Muchas empresas enfrentan hoy contextos similares.
- Estructuras que ya no responden.
- Mercados internos que no alcanzan.
- Desafíos culturales que frenan el crecimiento internacional.
Si estás en ese punto en el que sabés que así no llegás, escribinos.
No para hacerte coaching.
Sino para ayudarte a rediseñar tu negocio con los pies en la tierra… y la vista en el mapa.